CAPÍTULO VII: LAS CONTRIBUCIONES DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS AL DESAFIO DEL DESARROLLO SOSTENIBLE
1. INTRODUCCIÓN
Tal y como hemos mostrado en los capítulos iniciales, el proceso de dominación y domesticación de los PIs del planeta ha incluido la ocupación, conquista, explotación y expolios de sus territorios y los ecosistemas que en ellos existen. Por una parte, durante el periodo colonial pero después con más fuerza por parte de los Estados, la conquista de la Naturaleza y su aprovechamiento económico han sido utilizados como mecanismo de apropiación de los territorios indígenas. Paralelamente, en la visión indígena la identidad, el pueblo, la cultura, el sistema político y, sobre todo, la relación con los demás miembros de la compleja red de la vida se encuentran íntimamente relacionados, resultando fundamentales para entender las reivindicaciones e identidad del Cuarto Mundo. Además, desde que dio comienzo la acción exterior indígena, la agenda indígena ha unido "de forma inextricable derechos llamados humanos y derechos ambientales" (Garcia Alix & Borraz, 2006:235). La autodeterminación, el control de sus territorios, el etnodesarrollo, todos ellos englobados en la idea de autodeteminación sostenible (Corntassel, 2008) y el desarrollo sostenible (de aquí en adelante DS) conforman pues dos caras de la misma moneda, que caracterizan la reivindicación indígena y la forma de entender su supervivencia cultural, autonomía y soberanía. Es por ello "que muchos pueblos indígenas han decidido aprovechar las oportunidades de participar en este ámbito de discusión" (Garcia Alix & Borraz, 2006:235).
2. EL DESARROLLO SOSTENIBLE COMO MARCO ALTERNATIVO PARA EL RECONOCIMIENTO DE LA VARIABLE ÉTNICA INDIGENA
La integración de las reivindicaciones indígenas en la agenda global a favor del DS durante los 90 fue muy importante ya que generó una nueva conciencia sobre el valor y papel de las culturas indígenas. De entre todos los avances producidos queremos destacar una nueva valorización de las culturas indígenas que atenúa una larga historia de superioridad occidental, invisibilización indígena y asimilación etnocida. En este aspecto los indígenas han conseguido un éxito al romper el muro de silencio que les acosaba y vincular procesos locales al interés global, mostrando al mundo que la biodiversidad es producto de la gestión y acción de los PIs. Gestión, territorio, culturas indígenas y el ejercicio de sus derechos y gobierno tradicional aparecen así íntimamente ligados.
La implantación del DS como paradigma alternativo de desarrollo ha permitido incorporar a la agenda global importantes problemáticas y contribuciones indígenas. Tal y como hemos descrito en el capítulo dedicado a derechos humanos, este nuevo paradigma alternativo también presenta una doble dimensión que resulta sumamente interesante para nuestra investigación: por una parte, es un marco creado con la participación e iniciativa de los PIs, por otra, es un marco que garantiza, promueve y protege su participación y sus derechos. Este periodo de sinergias entre el Cuarto Mundo y los partidarios de una alternativa al desarrollismo se inició, tal y como hemos descrito en el capítulo cinco, durante los 80, cuando los indígenas fueron capaces de crear una amplia plataforma a favor de sus derechos que englobaba a ecologistas, críticos del desarrollismo y defensores de los DDHH (Arregi, 1993). Las contribuciones indígenas presentes han permitido que los temas identitarios, culturales y sociales formen parte de la propuesta de DS como paradigma alternativo al desarrollismo depredador de la décadas previas.
La presencia y reconocimiento cosechados en el ámbito de los Derechos Humanos durante la década de los 90, se extienden también a los procesos derivados de la Cumbre de Río (el establecimiento del Desarrollo Sostenible, Agenda 21 y los convenios derivados, entre los que destacamos el Convenio sobre Biodiversidad, La Convención en Contra del Cambio Climático y la Desertización y RAMSAR). Los PIs participan en estos procesos vinculados al DS que reconocen el valor de las culturas indígenas y que describen a los PIs como grupos principales "major groups".
El DS encarna un paradigma alternativo que combinando ecología, desarrollo y derechos humanos constituye un marco favorable para la acción y desarrollo de la agenda indígena. Es más, el tratamiento de los PIs es considerado como un indicador de éxito de las políticas de DS.
In terms of sheer numbers, these isolated, vulnerable groups are small, but their marginalization is a symptom of a style of development that tends to neglect both human and environmental considerations. Hence a more careful and sensitive consideration of their interest is a touchstone of sustainable development policy…Their traditional rights should be recognised and they should be given decisive voice in formulating policies about resource use in their areas (International Alliance of Indigenous-Tribal Peoples of the Tropical Forest, 1996:14).
Se trata además de un paradigma de desarrollo que valora las culturas indígenas, su conocimiento y contribución y que ha aceptado el principio de que no hay biodiversidad sin etnodiversidad (Arregi, 1993). Paradójicamente, los antiguos salvajes son ahora considerados como culturas de bajo impacto medioambiental (Arregi, 1993), recibiendo el tratamiento de "major groups", principalmente en estrategias de conservación "in situ" y constituyendo un ejemplo de comportamiento menos destructivo, capaz de inspirar al mundo no indígena en su esfuerzo de controlar su adicción consumista y destructiva. En esta línea Posey (1998) considera que los indígenas nos han hecho conscientes de la importancia de la red de la vida y la necesidad de controlar el ritmo de destrucción que ésta sufre.
Indigenous peoples have made us aware of the web of life and we now have the responsibility of that knowledge as a mandate to curb the devastation of biological and cultural diversity (Ibid.:54).
Es más, se les considera como guardianes del equilibrio ecológico. Una imagen que ha inspirado importantes iniciativas internacionales que los han convertido en símbolos de la cultura ecológica popular mundial.
Indigenous peoples number over 300 million, and represent over 4000 languages and cultures. Indigenous cultures comprise a heritage of diverse knowledge and ideas that is a resource for the whole world. As UNDP pursues sustainable human development, attention has been placed on indigenous peoples largely owing to their sustainable development practices. This has led to an interest in indigenous peoples' ways of life, their cultures, sciences, land and resource management, governance, political and justice systems, knowledge and healing practices. Recognition of indigenous peoples' assets and traditional knowledge (such as terrestrial and marine ecosystems, naturally occurring medicines from plants and insects, cultivated plant varieties, and animal husbandry) can be helpful to national and international development. Furthermore, indigenous peoples' continued existence is a testimony to the sustainability and viability of indigenous economic production systems, and social and governance practices that should be supported and enhanced, and most importantly, incorporated into mainstream development practices (UNDP, 2001:3).
Todo ello ha catalizado en una nueva visión que realiza un reconocimiento instrumental de las culturas indígenas y del papel que puede jugar su conocimiento tradicional en el mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta.
…these communities are the repositories of vast accumulation of traditional knowledge and experience that links humanity with its ancients origins. Their disappearance is a loss for the larger society which could learn a great deal from traditional skills in sustainable managing of very complex ecological systems. It is ironical that the more formal development reaches more deeply into the rain forest it tends to destroy the only cultures that have prove able to thrive in these environments (WCED,1987:115).
Este reconocimiento constituye un importante argumento que valora y empodera a las culturas indígenas, pero también entraña riesgos vinculados a la idealización y creación de grandes expectativas que pueden conducir a grandes frustraciones y la retirada de apoyos por parte de diferentes colectivos. Además, la versión ecológica del buen salvaje, al estar construida sobre estereotipos, impulsa una visión estática y tradicional de los pueblos indígenas y favorece una apropiación de elementos culturales y discursos que ha sido denunciada por los Pis, ya que tiende a ignorar sus derechos y el privilegio histórico que ha beneficiado a los occidentales. Esta denuncia de la suplantación y apropiación de importantes elementos culturales es realizada por Zalabata (1995).
Nuestros valores nos son tomados, se cambian y son dados por los blancos, no por los indígenas que son los que deben explicar esto. Los blancos ecologistas siguen incluso suplantando la voz de los indios (Ibid.).
Frente a esta práctica de apropiación y suplantación, el Cuarto Mundo defiende su carácter activo y un discurso que los presenta como gestores y creadores de biodiversidad (Villena, 2000). Además, ha conseguido vincular el futuro del medio ambiente global con la salud de los ecosistemas locales, que deben ser administrados mediante proyectos que reconocen los derechos indígenas y especialmente su derecho de autodeterminación y control sobre territorios y recursos (Rovillos, 1999). Todo ello en el marco de un renovado diálogo intercultural que pretende combinar tradición y modernidad (Posey, 1996) y donde el derecho de autodeterminación constituye la pieza fundamental.
Esta vinculación estaba ya presente en la Draft Declaration of Principles for the Defense of the Indigenous Nations and Peoples of the Americas que en su artículo 13 mantiene que:
It shall be unlawful for any state to make or permit any action... which will directly or indirectly result in the destruction or deterioration of an indigenous nation or group through the effects of pollution of earth, air, water or which in any way depletes, displaces or destroys any natural resources or other resources under the dominion of an indigenous nation or group.
Es por ello que la propuesta indígena vincula seguridad, medioambiente y pervivencia étnica con el desarrollo de los DDHH y el avance democrático como indicadores del DS, considerando éstos como criterios para monitorear su avance (Bonfill-Batalla 1981, Van Dyke 1985, Stavenhaguen 1999, Tauli-Corpuz 2000, Varese 1996).
Peace, security, stability and respect for human rights and fundamental freedoms, including the right to development, as well as respect for cultural diversity, are essential for achieving sustainable development and ensuring that sustainable development benefits all (WSSD, 2002:5 parr.).
2. UNA PROPUESTA INDIGENA DE DESARROLLO SOSTENIBLE: ETNOGOBIERNO Y BOSQUES TROPICALES
Si hay un área que ilustra la problemática que vincula la relación entre DS y PIs es la relacionada con los bosques tropicales. Estos constituyen y son considerados un área estratégica para el mantenimiento de la vida y la biodiversidad del planeta, resultando vitales para combatir el cambio climático, además constituyen el entorno vital que garantiza la pervivencia física y cultural de los PIs (Burger 1992). También, constituye un caso excepcional para mostrar el impacto del desarrollismo, el estatocentrismo y el cientifismo (Ekins 1992, Brydon, 2004) y poderlos criticar. Por último, la existencia de bosques tropicales ofrece un testimonio de la pervivencia de geografías del Cuarto Mundo, ecosistemas diferentes a los producidos por los Estados, especialmente importantes en un contexto global de aumento del cambio climático.
…where there are nation peoples with an intact, self-governed homeland, there are still biologically rich environments. A physical map of the world aptly demonstrates this, showing that the still-forested areas or the world are areas lived in by nation peoples. The converse is equally striking: state environments-where the non nations peoples live- are almost areas of destructive deforestation, desertification, massive freshwater depletion and pollution, and large-scale reduction of genetic-biological diversity (Nietchsmann, 1994:239).
Estamos en un caso de competición por recursos que resultan vitales para los ricos y pobres del planeta, que necesitan de éstos para garantizar su bienestar y supervivencia. Se trata de un enfrentamiento entre economías de crecimiento y economías de supervivencia. Entre sostenibilidad y destrucción medioambiental (Shiva, 1989:1225).
En las propuestas del Cuarto Mundo, biodiversidad y etnodiversidad se encuentran íntimamente ligadas. La crítica indígena se ha dirigido contra la tendencia a valorar la naturaleza en términos netamente económicos y se ha denunciado que tal visión no ha entendido ni valorado la rica y compleja relación que mantiene el Cuarto Mundo con sus ecosistemas y territorios (Gasgonia, 1996). El Cuarto Mundo se considera parte de la compleja red de la vida "web of life" (Posey, 1998). Esta visión se enfrenta al antropocentrismo y ecocentrismo dominante en nuestros días (Küng, 2000). El línea con este pensamiento, el Cuarto Mundo mantiene que ha generado complejos sistemas de gestión del medioambiente basados en la interacción entre los diferentes componentes del sistema (Smith, 1999). Han sido exitosos a la hora de trasmitir que en aquellos lugares donde sobrevive su cultura y su control sobre sus territorios y ecosistemas sobrevive la biodiversidad (Clay, 1988), logrando contraponer una geografía de las naciones indígenas frente a la geografía dominante de los Estados.
The history and geography of state expansion versus nation resistance have produced two remarkably different kind of environments, dominated by new states cultures and state-peoples –usually characterized by large and dense numbers, environmentally unsustainable centrifugal economies, biological impoverishment, and, most often, rared landscapes. Second, there are nations environments historically populated by nation peoples and characterized by ecologically adopted, centripetal cultures and economies, surviving biological richness, and variegated, healthy landscapes (Nietchsmann, 1994:240).
Esta visión indígena sobre los bosques y el valor de sus culturas para el mantenimiento del equilibrio ecológico del planeta consiguió condicionar a su favor el discurso crítico, que en torno al DS llegaría en 1992 a desplazar al paradigma dominante. La tragedia de los bosques tropicales sirvió para contraponer la sostenibilidad indígena y el impacto causado por el desarrollismo. Históricamente los bosques han sufrido las distintas oleadas de colonialismo tanto externo como interno (Hyndman, 1994). La conquista de los bosques ha marcado un hito en el paso de la autonomía y viabilidad de las culturas indígenas a una existencia en crisis y dependencia. Los grandes proyectos desarrollistas han impactado en los pobres del mundo, pero sobre todo han afectado negativamente al Cuarto Mundo que es extremadamente dependiente de los servicios gratuitos que ofrecen los bosques (Bandyopadhyay & Shiva, 1988). La pérdida de territorios y de los servicios derivados del acceso a ecosistemas tradicionales ha ocasionado una profunda crisis social y cultural además de generar situaciones de miseria (Shiva, 1988, Brundtland Report 1987, IUCN 1980). La consciencia de esta relación y su importancia a la hora de explicar el deterioro medioambiental condujo durante los 80 a un replanteamiento del valor y prácticas de las culturas tradicionales y la valorización de sus culturas (Kloppenburg, 1988) y sistemas de gobierno o tierras comunales (Vivian, 1992), anteriormente condenadas por las teorías de desarrollo dominantes. Según la nueva visión es precisamente la crisis del modelo comunal lo que genera un ciclo de destrucción .
2.1 LOS PUEBLOS INDÍGENAS, LA SUPERVIVENCIA NACIONAL Y LA SEGURIDAD MEDIOAMBIENTAL
Algunas reclamaciones tradicionales de los indígenas han encontrado eco en las nuevas aproximaciones teóricas que como la seguridad humana (Ogata, 2001) o la seguridad medioambiental que a su vez han encontrado acomodo en el Desarrollo Sostenible. Estas nuevas concepciones de la seguridad consideran importante abordar la seguridad del planeta y el colectivo humano desde una visión multidisciplinar y compleja que tome en cuenta múltiples variables que las definiciones más tradicionales no contemplan .
Los trabajos de Homer-Dixon (1993) mostraron las consecuencias del deterioro medioambiental como fuente de conflicto, mayoritariamente interestatal (Dabelko & Dabelko, 1998), reforzando la línea argumental sobre los conflictos del Cuarto Mundo iniciada por Niechsmann (1987 y 1994) y que es seguida por otros autores que como Van Cott (1996) que destacan la importancia de la lucha por el control del medioambiente como fuente de los conflictos que afectan al Cuarto Mundo.
En este contexto la seguridad de los PIs encuentra cabida en un marco mucho más amplio que valora la cultura tradicional, los sistemas colectivos de gestión del territorio, la descentralización y la participación como claves de éxito. Esto ha permitido a los PIs combatir ideologías que como "Terra Nullius" o la "Tragedy of the Commons " (Harding, 1968) han sido utilizadas tradicionalmente, dentro de los paradigmas dominantes, durante décadas, para desposeerlos de sus territorios y ecosistemas. Podemos asegurar que el Cuarto Mundo ha logrado exitosamente vincular procesos globales con las consecuencias sufridas por sus culturas y ecosistemas a nivel local y han articulado un concepto propio de "seguridad nacional", diferente a las de los Estados, que vincula control sobre el territorio, pervivencia étnica y biológica.
Indigenous peoples, however, consider themselves to be nations, and their conception of national security is intimately connected to their survival as nations. Thus, in addition to physical security-protection from violence and coercion, indigenous peoples struggle to protect their cultural security, their medium for preserving the Indian nation as a political, territorial, and societal entity. The most important security issue is not only retaining lands they have controlled for generations, but also the right to control that land communally. Land is not merely an economic resource to indigenous peoples (although for the majority of Indians who eke out a living through subsistence farming, it is vital to survival), land is also the material guarantee of indigenous self-government and autonomy. It provides the basis for the re-creation of the indigenous community as a social organization -the medium through which native peoples pass their culture and their identity to their descendants (Van Cottb, 1996:2).
2.2 BOSQUES PARA LA VIDA VS BOSQUES PARA LA PRODUCCIÓN
En los modelos de DS defendidos durante los años 90, la participación y descentralización, reivindicaciones históricas del Cuarto Mundo, fueron integrados en la agenda oficial que defendió la participación indígena en estrategias de conservación.
Ensure that policy makers, development planners, conservationist scientist and managers cooperate with indigenous peoples in a common approach to resource management and economic development. Those measures will provide a infrastructure that could benefit and enforce indigenous peoples (IUCN, UNEP, WWF, 1991:61).
Esta nueva línea de conceptualización ha abierto ventanas de oportunidad para la participación de organizaciones indígenas y el desarrollo de proyectos medioambientales con participación indígena, que han supuesto una alternativa a concepciones más conserva
cionistas denunciadas como eco-colonialismo (Widdowson, 2007).
The bases for grassroots decision making much of which takes place at the community level through indigenous organizations and associations where problems are identified and solutions to them are determined. Solutions seeking behaviour is based on indigenous creativity leading to experimentation and innovation as well as the appraisal of knowledge and technologies introduced from other societies. This allows a shift from scientific research to participatory community or action research in which the aboriginal community participates directly in the research, design and implementation and retains control over the results (en Lorin-Labatut & Akhtar, 1992:4.).
Estas ventanas de oportunidad permiten hacer frente a modelos de gestión colonial basados en el principio de Terra Nullius, (Spence 1999) que han guiado la ocupación de gran parte de los bosques tropicales del planeta (Tucker, 1983) y han creado oportunidades para el desarrollo de líneas de cooperación específicas con el Cuarto Mundo (Clay, 1994). Estas líneas han tomado en cuenta la necesidad de reconocer los derechos de los PIs y el uso tradicional de sus territorios (IUCN, UNEP, WWF, 1991:61).
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